glándulas salivares

¿Qué son y para qué sirven las glándulas salivares?

Las glándulas salivares son una y muchas estructuras orgánicas individuales especializadas que secretan saliva, mantienen la lubricación y la humedad de la cavidad oral, protegen contra infecciones y caries dentales, y contienen inmunoglobulinas, lisozima y fosfatasa en su moco y secreciones serosas. 

¿Qué son y para qué sirven las glándulas salivares?

Están ampliamente distribuidas en la superficie, preferentemente con drenaje extrínseco mínimo y completo de la boca como todas estas (las llamadas glándulas menores) y la función de seis glándulas extraorales mayores, con conductos eductores largos, en pares: glándulas parótidas, submandibular y sublinguales, todas preparadas para la secreción de saliva de diversa cantidad y calidad, cuyo primer destino es la cavidad orofaríngea, con capacidad global de protección y preparación orgánica local general, bolo alimenticio, en la primera parte de la función digestiva.

La función anatómica de drenaje común de todas las glándulas mencionadas en la cavidad oral coincide, lo que permite hablar de una existencia real, quizás por primera vez, pero aún sin sustento académico, por algún tipo de similitud, en las glándulas salivales clásicas enumeradas entre ellas, su polivalencia común radica en su líquido casi purificado, es decir, saliva entera, con propiedades antisépticas, gustativas, masticatorias, digestivas, parahormonales, inmunitarias, analgésicas, periodontales y calcificantes generales, etc., y por supuesto diferentes facilitadoras de competencia, beneficiosas hasta las relaciones humanas más complejas e íntimas, etc.

Corresponde a la única, en la denominada séptima glándula principal, la saliva grande, ubicada funcionalmente en la cavidad oral polivalente, con mucosas esqueléticas y dentales de diseño muscular, con toda capacidad excretora, a través de orificios naturales: labios, fosas nasales, e incluso el orificio más lejano, el lagrimal.

Todos estos, a nivel facial y/o superficial, son ya el drenaje más caudal y mayor, que estará constituido por la gran vía aerodigestiva superior, correspondiente al espacio multifuncional palatino-lingual-faríngeo, que será más distalmente supraglótico, estructuras mucosas y osteocondrales.

De lo anterior parece inferirse que la exploración intraoral cuidadosa permite comprender qué ocurre con el estado de la glándula (aislada y/o en su conjunto), tanto que sigue siendo una práctica clínica importante. A nivel médico general y profesional, se pide a los pacientes que saquen la lengua de la boca para observar, sentir y palpar su movilidad, forma, color, humedad, estado periodontal y dental, y por supuesto el estado de los dientes.

La capacidad excretora de los conductos salivales, los conductos salivales primarios, no subestime a los conductos salivales secundarios: los labios, y, la lengua, no vale la pena buscarlos en las encías porque no existen.

La exploración visual, cultural y bioquímica de la saliva deben convertirse en los parámetros de investigación de primera línea en pacientes habituales, más aún en pacientes muy deteriorados por lesiones sistémicas más o menos graves, como complemento a las ya conocidas constantes vitales básicas.

 

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