28/03/2023 por Dra. María del Carmen Romero Ferragut 0 Comentarios
¿Qué es el bruxismo?
La articulación temporomandibular (ATM) es una de las articulaciones más complejas del cuerpo porque conecta un hueso móvil, la mandíbula, con otro hueso fijo en la base del cráneo, y el movimiento de un lado cambia la posición de la articulación del otro. Es el encargado de producir los movimientos de apertura y cierre de la boca, y como todas las articulaciones, la acción de los músculos también cuenta con la asistencia necesaria.
Estos músculos se dividen básicamente en dos grupos: los que levantan la mandíbula, o músculos masticatorios, y los que abren la boca. El protagonista más importante y real es el primero.
La ATM es una articulación móvil, lo que la hace susceptible a cambios de función ya que debe soportar una sobrecarga constante a lo largo del tiempo. Por otro lado, la musculatura masticatoria es muy fuerte y capaz de generar mucha fuerza porque fue diseñada para masticar.
Todas estas cargas o fuerzas generadas son recibidas por la boca y las articulaciones y si no se distribuyen dentro del equilibrio que nuestras articulaciones pueden soportar, pueden derivar en patologías o fallas en el desarrollo que pueden cambiar la calidad de vida del paciente y pueden afectar la alimentación, tragando incluso palabras. Un ejemplo muy ilustrativo podría ser imaginar un puente donde todas las fuerzas que soporta no están bien repartidas. Si no se refuerza donde debe estar, comenzarán a aparecer grietas y es posible que se rompa.
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo se define como una contracción involuntaria e inconsciente de los músculos de la masticación, pero fuera de la masticación. El momento considerado como "dejar de masticar" varía de persona a persona. El horario nocturno (durante el sueño) es el más común, pero algunas personas también "rechinan los dientes" durante el día, por ejemplo, en relación con la concentración o el esfuerzo físico.
El bruxismo es muy común, casi desde el nacimiento, con nosotros a lo largo de la vida adulta y puede ocurrir más tarde en la vida. Este es el resultado de todas estas fuerzas que actúan sobre los dientes, las encías y las articulaciones. Hay que recordar que los músculos de la masticación hacen que la boca se cierre, por lo que las personas suelen asociar el bruxismo con apretar o rechinar los dientes.
Debido a la distribución y mala adaptación de estas fuerzas, la enfermedad que puede resultar del bruxismo es el trastorno de la articulación temporomandibular (DTM).
No hay evidencia de una sola causa, sino de múltiples causas, muchas veces del estrés diario, la preocupación y la ansiedad del día a día. Además, existen otros factores que pueden hacer que estas articulaciones sean más susceptibles a cambios, como ciertos tipos de mordeduras o traumatismos en la cara.
Síntomas
El TTM puede producir síntomas que se derivan de cambios en el sistema muscular y pueden causar daño en la propia articulación o en ambas, que suele ser lo más común. Los síntomas provocados por la sobrecarga muscular son las típicas contracturas musculares que resultan de contracciones repetidas, noche tras noche, día tras día, etc. Provoca puntos dolorosos y dolor a la palpación de diferentes músculos. Este dolor se irradia, lo que significa que comienza en un punto y viaja desde allí a otros lugares. El recorrido que realiza con los dedos suele ser descriptivo, lo que dificulta ubicarlo en un lugar.
Suele causar dolores de cabeza (el bruxismo es la causa más común de dolor de cabeza), dolor de oído, dolor de muelas (sin patología dental), dolor de encías, dolor de cuello, etc. También es frecuente el dolor al comer, por masticar y utilizar tejido muscular dañado, o al bostezar, por estiramiento del tejido muscular.
Asimismo, puede haber una sensación de que los dientes no encajan. Esto se debe a que la contracción muscular altera la posición de reposo de la mandíbula, lo que hace que también cambie su posición dentro de la articulación. Esto produce cambios que favorecen la inflamación en su interior.
Todos estos síntomas musculares siempre preceden o coexisten con los síntomas que conducen al daño articular. Un chasquido o ruido al abrir y cerrar la boca es un signo clásico del comienzo del daño articular. Suceden ocasionalmente, como al masticar o cuando abrimos la boca.
Por otro lado, la obstrucción, la limitación del movimiento articular o la sensación de que la boca no se puede abrir del todo, son otros síntomas que indican la aparición del deterioro. Después de "apretar la bala" por la noche, tienden a ser más frecuentes por la mañana.
Al principio, se resuelven solos hasta que se llega a un punto en el que, si no se tratan, puede ocurrir un bloqueo articular total, que es una de las crisis de los TTM.
Y, por último, el dolor es otro síntoma importante asociado comúnmente con estos clics y bloqueos. Suele ser mucho más común en casos de bloqueo completo y está causado por la inflamación de las estructuras internas de la articulación. Este es un dolor muy diferente al dolor muscular, y a veces coexisten.
Por lo general, el paciente puede localizar el dolor con la yema del dedo delante de la oreja, donde se encuentra la articulación. Así como los dolores musculares eran radiados y tenían un modo, este no. Este es un dolor que ocurre cuando la articulación funciona: se abre y se cierra cuando la mandíbula se empuja hacia adelante o hacia adelante o hacia los lados.
Por lo tanto, la tarea más difícil para los especialistas en cirugía oral y maxilofacial es realizar el diagnóstico correcto al distinguir entre síntomas musculares y articulares.
¿Cómo diagnosticarlo?
Para que el diagnóstico sea correcto y se desarrolle un buen plan de tratamiento, es importante acudir a un centro que tenga las condiciones necesarias para solucionar este problema desde una perspectiva global. Esto significa que varios especialistas trabajan en paralelo: un cirujano maxilofacial, un fisioterapeuta y un odontólogo. Este es el factor más importante para un buen diagnóstico. En base a esto, se elabora un plan de tratamiento después del examen.
La sospecha debe basarse en la investigación: es una condición puramente muscular o miofascial, donde las articulaciones se han adaptado a esta sobrecarga, o también hay una sobrecarga de las articulaciones (con la clínica adecuada). En base a esto, y en caso de sospecha de degeneración articular, se solicita una resonancia magnética nuclear, prueba que informa el estado y ubicación de los elementos articulares y su dinámica.
Así, se puede decir que existe una clara relación entre el bruxismo y el desarrollo de trastornos temporomandibulares. Para un tratamiento exitoso, debe acudir a una unidad especializada en el tratamiento global de estas enfermedades.
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