injerto

Claves sobre el injerto de hueso dental

El injerto de hueso dental se suele realizar ante la falta de dientes, para colocar implantes dentales y en situaciones en las que no hay suficiente volumen óseo. 

Claves sobre el injerto de hueso dental

Los injertos óseos pueden provenir de una variedad de fuentes, pero básicamente los dividiría en dos: del propio paciente o de otro. Dependiendo de la necesidad o preferencia del cirujano, se realizan ambos.

El injerto óseo se implanta en el propio hueso del paciente después de levantar la encía. Si el injerto óseo tiene forma de bloque, se fija con tornillos, que luego se retiran. Recomendado en casos donde no hay suficiente hueso para colocar correctamente los implantes.

Cuando se necesitan injertos del propio paciente, tradicionalmente se tomaban de la cadera, la tibia o incluso el cráneo, pero hoy en día se toman con más frecuencia de la boca del propio paciente. Este hecho evita el uso de otra zona y reduce las molestias resultantes.

Los riesgos que implica esta ciugía suelen ser infecciones frecuentes, molestias o sangrado leve. En casos raros, se pierde la sensibilidad, pero en las manos expertas de la cirugía oral y maxilofacial, el riesgo es casi nulo.

Durante los primeros días seguirás los medicamentos prescritos por tu médico, como antibióticos y antiinflamatorios. Se recomienda tratar de evitar presiones en las zonas operadas, por ejemplo mediante el uso de prótesis, por lo demás haciendo vida normal. La inflamación cede después de unos cinco días.

 

0
Feed

Dejar un comentario

© 2024 MARIA DEL CARMEN Todos los derechos reservados
Producido por BeeDIGITAL